Si por algo se caracteriza Alemania es por ser la cuna de la industria automotriz europea -ahora en horas bajas por el azote chino-, por sus autopistas sin límites de velocidad y por ser la primera economía de Europa. Unos ingredientes que deberían marcar la excelencia de su infraestructura. Pero no es así.
Cerca de 4.000 puentes en autopistas y otros 12.000 puentes en carreteras alemanas están en un estado lamentable, tanto que algunos se caen a pedazos según pasa el tranvía. Y no todo es culpa de una falta de inversión.
Puentes que se caen... y también autopistas
Los ciudadanos alemanes conocen bien los denominados 'Brösel-Brücken' o puentes derruidos. Según detalla elDiario.es, los expertos calculan que hay decenas de miles de puentes que hay que arreglar de forma urgente. Sin ir más lejos, en marzo tuvieron que cerrar el puente de circunvalación de Berlín, por el que pasan 100.000 vehículos al día, debido a su mal estado, fruto de décadas de dejadez por parte de las administraciones. Y cada vez que ocurre esto, los desvíos provocan grandes atascos y retrasos a los conductores.
Según los medios locales el coste estimado para dar solución al problema es de unos 1.000 millones de euros, y eso solo para las estructuras de propiedad estatal. Las cifras son alarmantes si nos fijamos en solo una gran ciudad: según la autoridad de transporte, únicamente el 21 % de los 867 puentes de Berlín se consideran "buenos" o "muy buenos". El resto requiere medidas urgentes.
Lo más preocupante es que muchos de estos puentes están al borde del colapso, y en septiembre un puente en Dresde, construido sobre el río Elba, se desplomó minutos después de que pasara un tranvía. Fue un milagro, dijeron las autoridades, que nadie hubiera muerto. Una teoría extendida es que el acero pretensado que usan para fabricarlos, llamado acero Hennigsdorf, es el culpable debido a su propensión a las grietas.
"En general, nuestras infraestructuras están en un estado tan deplorable que cabe esperar que en el futuro se produzcan con mayor frecuencia incidentes como el cierre de puentes y carreteras", advertía Helmut Schmeitzner, catedrático de Ingeniería Estructural de la Facultad de Economía y Derecho de Berlín, en declaraciones recogidas por elDiario.es.
No es solo una cuestión de dinero. A la falta de inversión en infraestructuras -algo que también ocurre en otros países como Italia o España- se le unen otros factores estructurales que no se pueden solucionar con un talonario. La burocracia, un aumento de los precios de la construcción, los complicados procedimientos de planificación y sobre todo la falta de personal cualificado... en la tierra de los ingenieros.
Como está ocurriendo en EEUU con los investigadores científicos, en Alemania se está produciendo un éxodo de ingenieros, lo que empeora el problema, que también afecta a la red ferroviaria y a las carreteras. Los expertos calculan que aproximadamente el 18 % de las autopistas se encuentran en condiciones cuestionables. Calcula que esto afecta a un tercio de las carreteras federales, e incluso a más del 50 % de las carreteras estatales en algunos estados federados, como Renania-Palatinado y Renania del Norte-Westfalia.
Ahora está en manos del político de turno que esté dispuesto a abordar semejante gesta.
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