Hace 200 años, São Paulo era uno de los seis biomas de Brasil: la Mata Atlántica cubría lo que hoy es un mar de asfalto y edificios de más de 1.500 km². Pero en la zona este de la ciudad, el Parque Lineal de Tiquatira ha vuelto a esa esencia primigenia: hoy es un enorme pulmón verde.
Lo es gracias al sueño "de un loco", como él mismo lo define. Se trata de Hélio da Silva, al que ya se le conoce como 'el Plantador de Árboles'. Este paulista, de 73 años y ya jubilado, ha reconvertido este parque en las dos últimas décadas, plantando sus más de 40.000 árboles.
"En los últimos 21 años he plantado una media de 2.000 árboles por año"
A principios de los 2000, el Parque Lineal de Tiquatira era un descampado a orillas del arroyo de mismo nombre, con ralo césped que no se cuidaba en absoluto. "Era una zona abandonada, degradada, sucia... como toda la ciudad de Sao Paulo", explica a La Vanguardia.
Da Silva lo recorría siempre al volver del trabajo. Un buen día se hartó: iba a plantar árboles y transformar aquel descuidado erial en un remanso verde en la que es la ciudad más grande y poblada de Brasil.
Un oasis construido con sus manos, pero con ayuda. En noviembre de 2003 comenzó Da Silva esta aventura: compró 200 plantones de árboles autóctonos de la Mata Atlántica. Aquellas semillas fueron las primeras de muchas, cuyas especies y número ha ido apuntando en una libreta. Aunque los inicios no fueron fáciles.
Un empresario de la zona usaba parte de ese espacio como aparcamiento, así que temiendo perder clientes, arrancó de cuajo los plantones. Entonces compró el doble de plantones: 400. El amable dueño del negocio local se los volvió a quitar.
Su familia y su esposa, preocupados, le instaron a abandonar el proyecto. Pero Da Silva no se iba a rendir tan fácilmente: "Todo lo contrario: ahora voy a plantar 5.000 árboles", prometió. Su insistencia tuvo premio: al tercer intento los plantones llegaron para quedarse. Y empezaron a crecer.
Su labor llegó a oídos de la administración, concretamente de Eduardo Jorge, entonces secretario de Medio Ambiente de São Paulo. Tras visitar el parque, se quedó asombrado de lo que estaba consiguiendo este vecino, así que se comprometió a ayudarle. El gobierno local aportó inversión para esta verde conversión. Y agrónomos y jardineros empezaron a trabajar en el proyecto.
41.300 árboles. "En los últimos 21 años he plantado una media de 2.000 árboles por año. Ahora son 41.300", comenta orgulloso. "Hay pocos parques lineales en el mundo tan grandes como el que tenemos aquí en Tiquatira".
Hoy este parque se ha convertido en un cinturón verde de 320.000 m² con 162 especies diferentes de árboles y plantas. No solo ayuda a neutralizar la isla de calor urbana de este barrio paulista: a Tiquatira han regresado aves y fauna en general que no se veía desde principios del siglo pasado. También se ha convertido en un espacio de ocio y deporte, con un carril bici o pistas de patinaje.
"Este pulmón verde ha cambiado mucho la vida de esta región y de sus alrededores. Lo ha cambiado todo. No es una exageración. La gente tiene más autoestima, mejor salud, más ocio, más vida. Los parques y los bosques curan las ciudades".
Llegar a los 50.000 y educación ambiental. Lejos de parar, Da Silva quiere seguir aumentado su obra y planea aumentar la plantación hasta los 50.000 árboles. También quiere levantar bibliotecas en el parque, para que, además de pasear, la gente se siente a leer a la sombra y fresco de la vegetación.
Insiste en que la educación ambiental debe incluirse en los programas de estudio y que es esencial inculcar a los jóvenes la importancia de la naturaleza y aprender a cultivar. Plantar árboles "no es solo cavar hoyos". Mientras, este parque es ya un trozo de Bosque Atlántico. El mundo necesita más personas como este brasileño.
Imágenes | Helio da Silva en Instagram
